miércoles, 30 de enero de 2013

Gustavo Arcos Bergnes el prisionero desconocido

Gustavo Arcos Bergnes fue un disidente cubano nacido en Caibarién el 19 de diciembre de 1926. Muere en La Habana el 8 de agosto de 2006. Es uno de los más reconocidos presos políticos de Cuba.

En 1953 Gustavo Arcos fue uno de los asaltantes al cuartel Moncada junto al dictador Fidel Castro y otros compañeros, experiencia que casi le cuesta una parálisis completa al ser alcanzado por una bala en la columna vertebral . Ya en el exilio en México, donde se preparaba para participar como expedicionario del histórico Granma, debe quedar fuera de la lista de miembros por su precaria condición de salud.

Al triunfo de la revolución Arcos deviene embajador de Cuba en Bruselas, cargo que desempeña hasta 1964. Sus posiciones críticas frente a Fidel y al rumbo que comenzaba a tomar la revolución le costó una condena de diez años de prisión (cinco años en una cárcel y los cinco restantes de arresto domiciliario). Su condena es firmada sin haber sido hallado culpable.

Al término de su condena pide permiso para salir de Cuba legalmente y reunirse con su familia, mujer e hijos que radicaban en Miami. Su esposa, de ciudadanía ecuatoriana y a quien conoce durante su estancia en México, visita la ciudad floridana para tratamiento de cáncer. Poco después uno de sus hijos sufre un accidente automovilístico que lo deja en coma. Al serle negado el permiso de salida del país, Arcos junto con su hermano Sebastián consiguen un bote e intentan una salida desesperada de la isla. Detenidos en alta mar fueron regresados a Cuba donde nuevamente es condenado esta vez a catorce años de prisión.

Nunca le fue posible salir del país. Gustavo Arcos muere en La Habana después de cumplida íntegramente su condena a los 79 años de edad el 8 de agosto del 2006.

Guillermo Cabrera Infante el afamado escritor cubano del exilio y amigo personal de Gustavo Arcos en una conferencia en Londres titulada Matan a los escritores, no es verdad? dijo lo siguiente:
    En los países totalitarios como Cuba lo menos que matan es a escritores. Matan a obreros, campesinos, lideres de la clandestinidad, testigos de Jehová, blancos y negros. De todo. Pero lo que menos matan es escritores. Esos se callan o se asustan y se compran su silencio con una casa y un auto y varios viajes. O se van del país como exiliados. No matan a los escritores. Matan, precisamente, a hombres sin imaginación como Gustavo Arcos. Matan a sus héroes.
    Guillermo Cabrera Infante
"El prisionero desconocido", Infante llegó a comparar en su genial imaginación literaria a Arcos con el hombre de la máscara de hierro de Dumas, Nuestro Mártir misterioso y su terrible condena, la máscara, la bastilla perpetua son, de veras, el monumento al prisionero político desconocido.

El caso de Gustavo Arcos no fue el único caso de prisionero político olvidado en Cuba y por la prensa internacional. Mario Chanes de Armas otro preso desconocido sufrió una pena de treinta años de prisión en las cárceles cubanas convirtiéndose en el preso político más antiguo del mundo.

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